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Rusia utiliza futbolistas de la Liga como bots

Rusia utiliza futbolistas de la Liga como bots

-Sergio Ramos, sonriente durante su comparecencia

Sergio Ramos, sonriente durante su comparecenciaReuters

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El equipo de investigación de Lío Pardo les trae esta semana una exclusiva de alcance mundial: El Gobierno ruso de Vladimir Putin utiliza futbolistas de la primera división española para introducir mensajes de desestabilización y propaganda contra España y la Unión Europea. El escándalo es mayúsculo y, según hemos podido saber, afecta a casi todos los clubes de la máxima competición del fútbol español y a un número elevado de futbolistas. Todas las alarmas saltaron en la redacción de Lío Pardo el pasado viernes noche, tras acabar el encuentro de la decimotercera jornada disputado entre el Celta de Vigo y el Leganés (1-0). Hugo Mallo, defensa del equipo vigués, se dirigía sobre el césped a las cámaras de televisión ante una audiencia de millones de espectadores en los siguientes términos: “Bueno, sí, contentos por la victoria, ¿no? Pero hay que seguir trabajando para conseguir el objetivo, esperemos que la gente nos ayude”. ¿Objetivo? ¿Que la gente nos ayude? Tras un trabajo de desencriptación digno de Alan Turing, comenzamos a conseguir descifrar poco a poco el código con el cual los rusos llevan provocando injerencias y manipulando a la población española mediante su mayor afición, el fútbol, desde hace años, quizá décadas. La jugada es sencilla: futbolistas de primera división que estarían trabajando a sueldo de los servicios de inteligencia del Kremlin, regando a la población española de mensajes de claro corte comunista. ¿Un futbolista con contrato millonario y un físico de atleta requiriendo la ayuda de “la gente”? ¿De personas que van al campo con sus sueldos de mil euros y sus barrigas cervecera? ¿Qué sentido tiene eso? ¿No es extraño? Lo es. Y responde a la propaganda pro rusa que llama a la unión de “la gente”, a la unión del pueblo para conseguir “el objetivo”. La cosa no queda ahí. Tras horas analizando discursos de futbolistas de primera división, podemos asegurar que el caso de Hugo Mallo no es el único: el 97´2% de los “futbolistas” de primera recurren habitualmente al “hay que seguir trabajando” y el 90’6% pide la “unión” de la afición. ¿Qué explicación tiene esta referencia continua al trabajo y la unidad? Trabajo y unión, trabajo y unión, repetido como un mantra cada fin de semana… Se trata, según hemos podido descifrar desde Lío Pardo, de lo que se conoce como propaganda encubierta. El lema de la URSS, una cita extraída del Manifiesto Comunista de Marx y Engels, que dice: ¡Trabajadores del mundo, ¡uníos! La cosa no queda ahí. Haciendo un análisis de los conceptos manejados habitualmente por los futbolistas nos encontramos con todo el pastel. “Confiamos en el míster”, “Lo que diga el míster”. Fidelidad incondicional al líder supremo. En este caso la propaganda encubierta nos llevaría a pensar en Vladimir Putin, pero en épocas anteriores pudieron ser Fidel, Mao o Lenin. Cada vez que el centrocampista Busquets declara en televisión, radio o prensa que confía en las decisiones de su entrenador y que no tiene nada que opinar al respecto, intenta imponer en la sociedad occidental la cultura de la admiración al líder, del autoritarismo, tan típica en la Rusia de hoy o las dictaduras comunistas de otro tiempo. “Lo importante es el equipo”. Apología de la colectividad. Cuando Sergio Ramos, preguntado por su éxito personal tras marcar un gol en el último minuto, responde, el defensa merengue siempre aboga por la colectividad, “lo importante es que el equipo ha ganado”, desincentivando así la iniciativa individual, el emprendimiento, en favor del soviet comunal. El capitán del Real Madrid y de la selección española: es muy preocupante. “Partido a partido”. De nuevo una llamada pública a la austeridad y a la disciplina soviética en pleno corazón del progreso de occidente. No consumas, no compres, la riqueza llega sueldo a sueldo, siendo austeros. Todo un ataque contra el capitalismo. Cholo, has quedado en evidencia. ¿De verdad creías que no lo íbamos a notar? “Queremos volver a estar entre los mejores”. ¿No está un futbolista joven, millonario y occidental ya entre los mejores? ¿Qué sentido tiene entonces que un “jugador” del Valencia como Dani Parejo repita esta frase cada vez que le ponen delante un micrófono? Repetida mil veces sobre los terrenos de juego no es más que una sutil invitación a la melancolía de otras épocas. En concreto aquellas en la que la URSS era una gran potencia mundial que colocaba misiles en la cuba de Fidel. El equipo Che llaman al Valencia y nosotros chupándonos el dedo como imbéciles. “No hay rival pequeño”. Todos somos iguales, no hay mejores ni peores, comunismo. Cuando Andrés Iniesta alaba a equipos de calidad y presupuesto 100 veces inferior al del Barça, no hace otra cosa que instalar en la población española el chip de la igualdad, del todos somos iguales. Y parecía una mosquita muerta el manchego… “Sí, bueno, somos once contra once, ¿no?”. No hay clases sociales, todos pertenecemos a la misma, que es la de los “futbolistas” y todos tenemos las mismas oportunidades. Cómo se le veía el plumero a Emilio Butragueño. ¿O debo decir Emil Vutrogrado? Esto es sólo la punta del iceberg de una estrategia de desestabilización por parte de Rusia de la civilización occidental. Nos están golpeando donde más nos duele, el fútbol. Sólo Cristiano Ronaldo, el hombre que celebra los goles que él marca, que pide que sus compañeros aseguren que es el mejor del mundo y que está por encima del resto, está fuera de sospecha. Los otros más de 400 “jugadores” de primera división deberían ser inmediatamente investigados. Seguiremos informando.

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