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@gerardotc

Querido racista

Carta abierta de Gerardo TC a los racistas.

-Cientos de personas se manifiestan en Madrid contra el racismo institucional

Cientos de personas se manifiestan en Madrid contra el racismo institucionalAgencia EFE

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Querido racista, imagino que no te darás por aludido con el título de esta carta, porque cómo vas a ser tú eso. Tú eres más “yo no soy racista, soy ordenado”, “yo no soy racista, el problema es que ellos” o el gran hit “yo no soy racista, PERO”. Pues te comento que sí eres racista aunque hagas piruetas y tirabuzones con el asunto. Pero voy a romper una lanza a tu favor desde el principio. No eres mala gente. Simplemente te gustan las explicaciones sencillas, porque digamos que tu cerebro necesita hacer un poco de ejercicio. Levántalo del sofá en el que vive sentado de vez en cuando. Te sobran unos kilitos de grasa dentro de la sesera y te fatigas incluso razonando en terreno llano. A tu cerebro a estas alturas le gusta que se lo pongan fácil tirando a que le den una paguita. Al nacer tuviste el gran mérito de que tu madre rompiera aguas en un lugar geográfico que te convierte en un ser especial, como una princesa Disney.

Por tanto mereces más que quienes nacieron de madres que rompieron aguas en otro lugar distinto al tuyo. Vas por la calle con la cabeza bien alta, orgulloso, porque tu trabajito te costó ser parido aquí y miras con desconfianza a esos que no se lo curraron tanto como tú a la hora de nacer. Y encima quieren tener los mismos derechos que tú, como ir a hospitales cuando enferman. Putos vagos, ya no se valora el esfuerzo, piensas, recordando lo que te costó nacer aquí, y entra bien en tu cerebro obeso esa frasecilla de “los españoles primero”, que no es nada racista, sino ordenada. Si fueses profesor en una clase con 25 alumnos y hubiese uno nacido en China, al sonar el timbre del recreo, pedirías que salieran primero los 24 paridos por sus madres en España y luego el chino. Y eso, lógicamente no sería discriminar al chaval, ni racismo, sino poner orden para que la cosa no se te desmadre.

Suena lógico. Me estoy acordando de aquello de “pues mételos en tu casa”, que es una frase que le dicen las personas “ordenadas” como tú a las que han nacido aquí, pero al no ser ordenadas quieren que se les preste auxilio a quienes huyen de una guerra, por ejemplo. Sueltas el “pues mételos en tu casa” y en ese momento tu cerebro, tumbado en el sofá, se gira para seguir durmiendo, exhausto por el esfuerzo, eso sí, dejando a la vista de todos la raja del culo. Y mientras tanto fuera, tu cara sonríe, en plan “con este argumento te he ganado, ¿eh?”. Te comento. Hay una cosa que se llaman Derechos Humanos (tu cerebro acaba de volver a girarse en el sofá) que exige que se acoja a personas que tienen su vida en riesgo. Pero la obligación de acogerlos no es de las personas que piden que se respeten estos Derechos Humanos, si no de los Gobiernos, que están formados por unas personas a las que elegimos y que tienen dinero de un bote que hemos puesto entre todos. Cuando tu tío Pepe se quedó sin trabajo y a ti te preocupó, nadie fue a decirte, pues dale tu sueldo, ¿verdad? Ni cuando lo operaron de la hernia te dijeron, pues aprende tú a operar, ¿verdad? No, nadie te dijo esas gilipolleces, porque las cosas no funcionan así, pero tú sí eres de decirlas y te quedas tan ancho.

Es que no se adaptan, dices sobre el conjunto “personas que han sido paridas fuera”, pero en realidad te refieres a lo que tú llamas moro, normalmente. No se adaptan, dice el tío. No como tu primo, cuando estuvo de Erasmus en Inglaterra, que se compraba el Times a diario y tomaba el té a las cinco, ¿no te jode? O tu cuñado, que se tuvo que ir a buscar trabajo a Alemania, cosa rara porque los paridos aquí jamás hemos desordenado el mundo emigrando, y de vez en cuando te manda fotos en las que va por la calle vestido con el traje de bávaro y además se ha hecho protestante, ¿verdad? Eres muy tonto, en serio, con cariño te lo digo. Igual hay momentos en los que hasta te vienes arriba y sueltas alguna mierda del tipo “yo no soy racista, pero es que esto de los árabes es ya una invasión” y es justo ese el momento preciso en el que toda la colonia alemana en Mallorca se muere de risa contigo. Mientras tu cerebro sigue ahí, enseñando la raja del culo e intentando encontrar la postura buena en el sofá. Una postura ordenada.

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