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Carta de Marquitos a SSMM los Reyes Magos de Oriente

Carta de Marquitos a SSMM los Reyes Magos de Oriente

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Queridos Reyes Magos: Aquí Marquitos, 7 años, estudiante de primero de primaria. Debería estar en segundo, pero el curso pasado repetí, no por portarme mal ni nada, que ya me ha contado mi madre la represión que os traéis contra los estudiantes con problemas a los que calificáis de “malos” sin mirar caso por caso. Lo mío fue porque no me adapté al sistema educativo del colegio anterior y tuve algunos enfrentamientos con mis profesores que, bueno, no vienen al caso. Espero que este punto haya quedado claro. Bueno. ¿Qué tal? Mis padres me han dicho que para conseguir la clínica veterinaria de Playmobil os tengo que escribir esta carta y luego ir a un buzón y enviarla a Laponia. No, perdón, Laponia es donde el otro, me está diciendo mi padre, a Oriente, dice mi madre, la carta va a Oriente. Para el caso lo mismo es. Siendo día 5 no las tengo todas conmigo de que vaya a dar tiempo de que la carta llegue hasta a tomar por culo y esté aquí el pedido mañana a primera hora. He visto a mi padre pedir porno por Amazon, que es Internet, que llega la carta según la mandas y… cine de Emmanuelle me corrige mi padre, y en el mejor de los casos, como os decía, y pagando envío urgente los tres días no se los quita nadie, ¿a que no, papá? Bueno, no voy a entrar a criticar vuestro funcionamiento encima de que os quiero pedir algo gratis. Bien. Es sencillo. Quiero la clínica veterinaria de Playmobil, pero sin los conejos. Como vuestro propio nombre indica sois magos, hacéis magia, vaya, así que tampoco creo que sea un truco muy complicado que, en vez de sacar al conejo de la chistera que está muy visto (jejeje), lo saquéis de la clínica veterinaria. Fuera, los conejos no pueden estar ahí. Tener a caballos, ovejas y vacas enfermas conviviendo con conejos, unos animales que portan todo tipo de enfermedades, no sé a quién cojones se le ocurrió, pero es para matarlo. Perdón por lo de cojones, dice mi madre. No hace falta haber estudiado veterinaria ni ser un superdotado que salta de colegio en colegio para saber esto. Soy un niño y tengo imaginación de sobra, pero hostiaputa, jugar a sanar caballos que, lo quieras o no, van a estar muertos en 72 horas teniendo al lado a conejos que son un foco de infecciones, no hay imaginación infantil que lo soporte. Perdón por lo de hostia y lo de jodidos, dice mi padre. Bueno. Eso. La clínica veterinaria de Playmobil mañana. Aquí. En el salón de casa. Y sin los conejos. Es todo. Y no me vengáis con trucos de, “no es que se lo habíamos encargado a…”. No, no, hostia, déjame papá, que se lo deje bien claro, que sé cómo funciona esta chusma y luego te relían. “No, es que están los conejos dentro de la caja porque se lo habíamos encargado a tu madre y claro, era la caja normal que había en la juguetería”. No me vengáis con la excusa de la subcontrata, de se lo habíamos encargado a nosequién, que yo no me meto en vuestro negocio, pero tampoco me chupo el dedo. Que el otro día mi madre compró en elcortinglés un regalo para el primo José Vicente, que estaba yo allí, que no me lo han contado, estaba yo allí y lo vi, porque se lo habíais encargado vosotros. ¿Me dijiste eso o no, mamá? Vale, pues quita, déjame que lo deje claro. Y lo pagó ella. De su bolsillo. Y mi madre es inocente y la podréis engañar. Ella cree que como sois magos de oriente y toda la hostia sois la hostia y yo lo respeto, todo bien, ella es muy crédula y se ilusiona fácil con todo, coño, pero si hasta votó a Ciudadanos porque eran el cambio… pero a mí truquitos ni uno. Me habéis entendido, ¿no? Bien. Mañana a las 9 de la mañana, hora tope, no más tarde, aquí, en el salón de casa, quiero la puta clínica veterinaria de Playmobil sin los conejos apestosos. Suéltame, papá, hostia. Y me da igual que sea Melchor, Gaspar o Baltasar el que lo traiga. No soy racista ni tampoco me va la discriminación positiva. Soy un niño muy sencillo, respeto los Derechos Humanos y toda la hostia, pero puedo ser muy retorcido e hijodeputa si le tocan los huevos, no sé si me habéis entendido. ¡Suéltame, papá! Ahora me voy a echar la carta con mis padres. 15 minutos andando hasta el buzón más cercano con un frío que pela y lloviendo. Espero que el sacrificio merezca la pena. Sólo os digo eso. Y si no, ateneos a las consecuencias. Así de claro. Que me sueltes, cojones. Vosotros y vuestros pajes, y los camellos y todo cristo. ¿Está claro, no? Bien. Atentamente y esperando que tengáis un buen viaje os manda un saludo Marquitos. P.D: Que dicen mis padres que os dejarán polvorones y una copita de anís. Pobrecillos. Dadles un bocado o un sorbito aunque sea, que a ellos estas cosas les hacen ilusión.

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