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¿A dónde fui los tres días que estuve muerto?

¿A dónde fui los tres días que estuve muerto?

-Fotograma de 'La vida de Brian'

Fotograma de 'La vida de Brian'Python (Monty) Pictures

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Bueno, para empezar, no estuve tres días muerto. Sí, ya sé que la Biblia, en el evangelio de Mateo dice aquello de : “Así como Jonás estuvo dentro del gran pez tres días, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Eso dice. Pero claro, también cuenta que fallecí a eso del mediodía de un viernes y a primera hora de la mañana del domingo ya había resucitado. Lo habéis adivinado, estuve en la tumba dos noches, la del viernes y la del sábado. Comprendedme, es que no hay quien aguante tres días sin wi fi. Yo resistí dos, y de milagro. ¡Menudo aburrimiento, allí en el sepulcro no pasaban las horas! Y eso que como soy el Señor del tiempo y el espacio podría haber adelantado el reloj, pero el pelma de mi Padre no me dejaba. Uf, si una persona normal se aburre metida en una habitación dos días sin hacer nada, imagináos yo, que además soy omnipotente y tengo todas las posibilidades de divertirme a mi alcance. Lo de los tres días y tres noches lo dije por imitar a Jonás. En el Nuevo Testamento estaba muy de moda lo de imitar a personajes del antiguo. No sólo copié a Jonás, imité también a otros profetas de prestigio, como Eliseo o Moisés. Eso sí, como en todo buen remake, siempre les superaba en espectacularidad. Si Eliseo alimentaba a cien hombres multiplicando veinte panes, yo alimentaba a cinco mil personas con cinco. Si Moiśes separaba las aguas, yo caminaba sobre ellas. Si Moisés subía al Sinaí y volvía con el rostro brillante, yo me iba al Monte Tabor y me transfiguraba entero. Sí, siempre los superaba, menos lo de Jonás, que como os digo no fui capaz ni de igualarlo. Hay gente que se pregunta, ¿qué hizo Jesús el tiempo que estuvo muerto? ¿A dónde va un Dios cuando muere? ¿A dónde transita su alma? Oh, me he puesto poético. ¿Al cielo? No, porque según la Biblia al cielo ascendí después, en cuerpo y alma. ¿Al infierno? Bueno, eso dice el Credo, que “fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos.” San Pablo en su Carta a los Efesios asegura que bajé “a las regiones inferiores de la tierra”, pero sin embargo en el Evangelio de Lucas yo mismo le dije al buen ladrón que estaba crucificado a mi lado aquello de “te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. ¡Extraño paraíso ese que se parece tanto al infierno! No le déis más vueltas, lo que estuve haciendo esos dos días ya os lo conté el año pasado por estas fechas en este artículo: La Semana Santa de Diostuitero

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